Los bebés son excelentes modelos para fotografiar, ya que nos brindad tiernas expresiones y no suelen asustarse cuando están frente a la cámara. El fotógrafo no debe esforzarse en hacerlos posar, ellos se sienten muy cómodos en los brazos de su madre o rodeados de sus juguetes; sin embargo, se tiene que tener mucha paciencia para capturar una expresión.
Cuando se quiere fotografiar a bebés, es recomendable no realizar las fotografías con mucha luz y tratar siempre que la sesión de fotos no dure demasiado, porque los bebés tienden a sentirse un poco incómodos, se pueden asustar y eso provocará un inacabable llanto.
Por otro lado están los niños, quienes poseen mucha creatividad y muestran mucha espontaneidad al momento de fotografiarlos. El fotógrafo debe prestar mucha atención a esos momentos en los cuales el niño expresará mayor espontaneidad y dinamismo para poder obtener una buena fotografía. Deberá tener preparada la cámara, ya que esos momentos pueden ser únicos e irrepetibles.
Antes de que se realice la sesión de fotos, lo más recomendable es explicarles a los niños todo referente a la cámara y al flash para que no se asusten durante la sesión y se pueda crear una amistad con el fotógrafo.
Para conseguir la fotografía deseada, es necesario que la madre del niño se encuentre presente durante la sesión de fotos, ya que ella aportará más confianza al niño y le dirá que se comporte en los momentos que no lo haga.
Los únicos inconvenientes que presentan los niños al momento de fotografiarlos es que suelen aburrirse muy rápido y no les gusta estas posando por mucho tiempo. El fotógrafo deberá permitirles que se muevan libremente y que realicen las poses que deseen. Lo más recomendable en este caso es ubicarlos en un lugar rodeado de juguetes para que se entretengan o que la sesión de fotos sea en algún parque, ya que los niños se olvidarán de la cámara y actuarán con mucha más naturalidad y espontaneidad.
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